lunes, 9 de noviembre de 2009


Pasaron tres días hasta que llegamos a un pequeño pueblo cercano a un caudaloso río. Tardamos mucho ya que Ángelo no podía transportarnos a todos juntos con su súper velocidad. En esos días pude conocer más profundamente a Oneiros y Rena. Lo que más me llamó la atención era lo diferente que era el trato con Oneiros una vez que dejamos el templo, era otra persona, ya no mostraba seriedad e indiferencia frente a los demás, era más bien cálido, muy tratable y con mucha alegría, como si ser oráculo se le hubiese impuesto por obligación, que al final así era. Otro caso era Rena, ella se comportaba tal cual la había conocido días atrás, simpática, tranquila y muy decidida sobre todo con lo que se relaciona a su señor Oneiros al que protege a toda costa a pesar de ser una simple arpista.
Comimos en un modesto puesto ubicado frente a una inmensa fuente decorada con peces dorados y plateados y en el centro de la misma un hombre musculoso de barba con el torso desnudo sobre un carruaje muy llamativo, en su mano izquierda poseía un manojo de algas mientras que en la otra un imponente tridente de plata direccionado hacia el este.
Al principio me quedé impresionada al pensar la cantidad de personas que darían lo que sea incluso hasta lo que no tiene por estar en mi lugar observando estas maravillas impensadas en el siglo XI.
-Hey! te sucede algo?- dijo Rena mientras se ubicaba a mi derecha.
- No, es sólo que me intriga hacia dónde apunta esta figura de Poseidón- dije señalando la dirección indicada por el dios.
- Jaja, tendrás que aprender mucho de nosotros si quieres pasar inadvertida en esta época- reía calladamente.
Oneiros ya sabía lo que me había sucedido ya que tuvo un sueño donde me veía junto a Ángelo explicándole lo que me había sucedido. Además nunca dudó de la credibilidad de mi historia ya que él tampoco era muy normal que digamos y lo mismo con Rena, a la que había puesto al día.
-En aquella dirección se encuentra el principal puerto de Grecia, la ciudad costera de Cabos Sounion, donde se dice que Poseidón vigila todos los días por el bien de sus fieles- comentaba mientras miraba fijamente el rostro del señor de los mares.
- Pero si su templo está en otro lugar, porque hay una estatua tan imponente ubicada aquí?- pregunté.
-Es porque en los pueblos cercanos, hay estatuas similares para guiar a los fieles hasta el recinto principal del grandioso Poseidón.
- Ya veo- dije mientras me volvía a reunir con el resto del grupo que estaba discutiendo sobre nuestro próximo destino.
Nos aprovisionamos de alimentos para continuar el viaje utilizando únicamente una de las tantas monedas que Oneiros sacó de su templo hace días atrás. Luego fuimos a recorrer el lugar y a su vez poder contemplar la arquitectura tan detallista que había en los templos de la zona. Lentamente, la noche avanzaba hasta que el sueño se hizo dueño de nosotros.
Al otro día el cielo se presentó nublado y el sol apenas podía asomarse por los recovecos que las nubes dejaban y por si fuera poco, el frío era más intenso. Ya preparados para seguir nuestro viaje, vimos cómo un grupo de unos 7 sujetos portando arcos, flechas y lanzas estaban alistándose para adentrarse en el bosque a unos escasos doscientos metros de la salida del pueblo. Mientras pasábamos vimos como lentamente se adentraban en el bosque con cautela hasta que el más rezagado también se perdió de vista.
Continuamos el recorrido cuando 10 minutos después encontramos a un pequeño niño llorando y a su madre tratando de consolarlo a un lado del camino.
-Que sucede pequeño por qué estás llorando? – dijo Ángelo inclinándose frente suyo.
- E… es …. Q…. que licos se me escapó- lloraba mientras trataba de explicarse.
- Lo que sucede es que todos los días su mi hijo lo saca a pasear por el bosque porque el resto del día queda dentro de la casa para que no se escapé- señaló la madre.
-Y ya se ha escapado en otra ocasión- dije mientras me concentraba en tranquilizar al pequeño con mi poder recientemente descubierto.
Negando con la cabeza- no, esta es la primera vez que se escapa- dijo mientras veía como el niño se tranquilizaba lentamente.
-Es que se asustó porque se escuchó un ruido muy fuerte como si fuera un trueno- agregó el niño ya mucho mejor de ánimos.
-Ya veo- Rena se reincorporaba-. Al parecer es muy importante para el pequeñin.
-Sí, lo que sucede es que su padre murió hace un año cuando estaba cazando cuando calló de una zona elevada y se golpeó la cabeza fuertemente- agregó mientras sus ojos se llenabas de lágrimas-. Luego al ver que no llegaba fuimos a buscarlo y luego de mucho tiempo lo encontramos ya muerto con un pequeño ciervo acurrucado junto a su cuerpo. Al verlo, éste no huyó sino que se levantó y lentamente se acercó a mi hijo al que acarició con su rostro calmándole el llanto. Por eso es tan importante ya que creemos que parte de mi marido vive junto a nosotros a través de Licos.
- Licos es un Ciervo?- dije alarmada mientras me volteaba bruscamente hacia Oneiros.
Luego de un segundo de pausa, Oneiros entendió- Los cazadores!.
-Los cuatro nos levantamos y decidimos intentar encontrarlo para rescatarlo del grupo de caza que se había adentrado al bosque hace unos veinte minutos antes.
-No te preocupes jovencito, vamos a buscarlo nosotros, ustedes quédense en su casa, no vaya a ser que regrese y no los vea- dijo Oneiros.
-Muchas gracias- coincidieron ambos.

Luego de estar diez minutos dentro del bosque, decidimos dividirnos en dos grupos. Yo decidí acompañar a Ángelo y Rena y Oneiros se dirigieron en sentido opuesto.
Buscamos por todos lados, incluso dentro de cada hueco de los árboles donde sospechábamos que podía caber un pequeño ciervo. No pasó mucho tiempo cuando nos encontramos a uno de los cazadores que estaba tirado en el suelo a la espera de alguna presa que se cruzase por ahí, pero sólo logramos impacientarlo y recibir uno que otro insulto que no llegué a comprender.
De vez en cuando, nos separábamos para buscar más rápido, por un lado, Ángelo utilizaba su poder para surcar rápidamente el bosque mientras yo cerraba los ojos para poder sentir las emociones de la atmósfera en busca de alguna que denote expectativa o ansiedad de algún cazador, pero no conseguí captar nada, tal vez no pueda utilizarlo a grandes distancias.
Luego de hacerlo unas 7 veces en distintos lugares, Ángelo apareció como un rayo frente mío para comunicarme que lo había encontrado, pero que no quería acercarse a él ya que le tenía miedo.
-Le tienes miedo a un inofensivo Ciervo bebé- dije de manera burlona.
-Algún problema con eso- se volteó ofendido.
-No, es que como trabajas en el campo y al suponer que tenías animales, me parece extraño que le temas a ese animalito- me justifiqué.
-Es salvaje y no es lo mismo, fin de la discusión- dijo-. Vamos a buscarlo-. Mientras se agachaba para dejarme subir a su espalda.
Nuevamente esa sensación tan extraña de estar atravesando una galería de cuadros con vivos colores a toda velocidad, hasta que se detuvo en seco en un pequeño claro.
-Dónde está?- pregunté.
-Allí- señaló
El ciervito estaba acurrucado debajo de unas raíces para evitar que alguien lo alcance. Lentamente me acerqué, pero él se mostraba amenazante, lo que causó que retrocediera unos pasos hacia mi compañero. Entonces miré a Ángelo que estaba más tenso y rígido que un árbol y tomé la decisión de probar mi habilidad. Cerré los ojos y me concentré en buscar algún sentimiento de temor proveniente del animal. El tiempo pasaba lentamente y no lograba nada hasta que noté algo, no era temor, era algo diferente, sentía una gran excitación y expectativa. Luego de interpretarlo por un minuto aproximadamente me di cuenta que era ni más ni menos que Ansiedad.
Cuando decidí abrir los ojos, un leve sonido proveniente de nuestras espaldas similar al movimiento de un arbusto cuando….
-CUIDADO EVA! – Gritó Ángelo.
Un golpe seco me tiró al suelo con una velocidad increíble mientras escuchaba un grito de dolor tan espeluznante que me heló la sangre.
Al voltearme para ver qué había sucedido, Ángelo estaba atrás mío en la tierra agarrándose la parte posterior de su pierna. Levanté la vista y vi como uno de los cazadores que estaba oculto entre los arbustos salía huyendo en dirección al pueblo.
Me acerqué a mi compañero y me fijé porqué se tocaba con tanto dolor la pierna. Y era lo que me temía, una flecha estaba incrustada en la parte trasera de su pierna y desde cuya herida brotaba sangre – Dios mío Ángelo, que sucedió?- grité espantada.
-La flecha iba dirigida al ciervo y tu estabas acercándote a él , por lo tanto te había puesto en el trayecto del proyectil, por lo que te empujé para evitar que te dañasen- dijo con dolor.
-Y te hirieron por mi culpa, que puedo hacer para ayudarte?- pregunté.
-Busca a Licos para ir en busca de un Sanador- dolorido se dirigió a mí.
Levanté la mirada en busca del cachorrito, pero no había nada.
-Se escapó- dije derrotada.
-No lo puedo creer- golpeó la tierra.
No sabíamos qué hacer, solos en el claro, en el centro de un bosque, sin saber cómo movilizarnos ya que no podía cargar con su peso hasta el pueblo.

-Por los dioses Eva, dónde estaban?- se dirigió agitada Rena desde los arbustos más cercanos.
-Rena que suerte que viniste, Ángelo resultó herido por una flecha al tratar de protegerme cuando intentábamos atrapar al Licos, pero escapó- bajé la mirada hacia la cara de mi amigo tirado boca abajo en la tierra.
- Por dios! Como es posible? Acaso fue un cazador?- preguntó.
Asentimos al mismo tiempo.
-Sí, pero no te preocupes, no es tan grave como parece. Lo malo es que perdimos al ciervo.
-Eso crees- dijo una voz familiar.
De repente apareció Oneiros con un bulto marrón entre sus brazos. No era ni más ni menos que Licos.
-Oímos un grito y salimos corriendo para esta dirección cuando nos cruzamos con Licos y lo capturé.
-Que alivio, no fue en vano después de todo- Ángelo se dirigió al resto mientras trataba de levantarse.
-Eva, sostén a Licos que ayudaré a Ángelo a salir del bosque.
-Muy bien- tomé al ciervo mientras Rena y Oneiros ayudaban a nuestro lesionado amigo a levantarse y ubicarse a un lado de nuestro joven oráculo mientras apoyaba su peso sobre su hombro.
- Estás bien?- preguntó a Ángelo.
- Si bastante cómodo- contestó.
-Bien, en marcha amigos- comenzó a avanzar.
Salimos del bosque cuando ya estaba Anocheciendo. Nos dirigimos hacia la pequeña cabaña que se encontraba no muy lejos de donde nos encontramos con los dueños de Licos. Ambos esperaban en la entrada de la misma mirando en otra dirección cuando el niño volteó:
-Licos! Lo encontraron!- dijo mientras corría en nuestra dirección.
El ciervo se sacudió y se libró de mis brazos para caer y correr hacia su dueño, para logara un encuentro emotivo.
-Por el dios Zeus, que le ha pasado Joven?- dijo la madre.
-Lo hirieron al tratar de protegerme de unos cazadores que intentaban cazar a Licos.
El niño abrazó con fuerza a su animal.
-Por favor entren a la casa que intentaré ayudarte con esa herida- señaló la madre mientras abría la puerta.
La madre delicadamente retiró la flecha de la pierna de Ángelo provocándole un poco de dolor. Luego sacó una especie de líquido pastoso color verde que se lo colocó sobre la herida. Al principio no sabía que haría pero al ver la cara de alivio de mi compañero deduje que era para calmar el dolor. Luego fue vendado.
-Con esto por lo menos podrás aguantar hasta llegar a la gran ciudad cercana- dijo la mujer mientras guardaba sus herramientas en una especie de botiquín antiguo.
- Aquí no hay ningún sanador?- preguntó Rena.
La madre negó con la cabeza.
-No, tienen que salir mañana a primera hora hacia la próxima ciudad., allí hay un grupo de sanadores muy buenos. Nosotros cuando alguien enferma en el pueblo vamos para allí- comentó la mujer-. Pueden quedarse esta noche aquí si desean.
-Muchas gracias- respondimos los cuatro al unísono.

Esa misma noche no podía pegar un ojo y me puse a mirar mi bolso en el que llevaba algunos objetos de mi época. Allí había varias hojas y lapiceras, mi celular apagado, mi cámara de fotos, mi grabadora, mi monedero y documentos. Los empecé a mirar uno a uno mientras recordaba cómo era mi vida antes de la tragedia del Mc donalds.
El silencio de la casa era total, no había rastros de movimiento en ningún lado, incluso podía escuchar mi respiración hasta que…
-NOOOOOOOO!!!!!


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Bueno, antes que nada, volví luego de mucho tiempo.

La verdad que ultimamente estoy muy ocupado con al facultad y ahora con un poco mas de tiempo me dispuse a actualizar el blog.

Espero poder actualizarlo semanalmente...


un abrazo

domingo, 18 de octubre de 2009



Pasaron como 40 minutos hasta que llegamos al pié de una colina desde la que descendían unas escaleras talladas de piedra blanca y adornadas a ambos lados por enormes columnas de las que se podía apreciar extrañas escrituras.
-Dios mío. Así que esta es la entrada del oráculo de Delfos?- mirando para arriba.
- Si, esta es la entrada, por fin llegamos- poniendo sus manos a ambos lados de su cintura y respirando profundamente.
- Pero me parece que llegamos muy temprano- viendo la luna que se encontraba todavía en el centro del cielo brillando intensamente.
-Creo que tenés razón, quizás deberíamos descansar un poco y cuando salga el sol visitamos al oráculo- dijo tocándome el hombro.

Ya el sol había despuntado y bañaba con su luz todo el valle dejando ver un paisaje impensado. Pero no fue el sol lo que me levantó sino un tenue murmullo que provenía delante de nosotros.
-Miren a esos dos, deben de haber llegado muy temprano. Deberíamos levantarlos?- dijo una mujer.
Lentamente me levanté y agradecí el gesto de las 7u 8 personas que nos rodeaban. Luego me voltee y sacudí enérgicamente el hombro de Ángelo para levantarlo, pero parecía imposible hasta que una patada en el trasero lo logró.
-Hay mujer! Como me golpeas as.. – se calló al ver la escena que estaba haciendo frente a los extraños.
-Bueno parece que ya se puede ir a visitar al Oráculo por lo visto- afirmaba mientras se sacudía la ropa que estaba llena de tierra.

Subimos lentamente junto con el resto de la muchedumbre hasta la cima del monte donde había un inmenso jardín lleno de flores de todas las especies y colores y en el centro del mismo una imponente estructura circular rodeada de columnas. Dentro de ellas se podía ver un enorme cortinado de seda blanca que se movía con el viento. Además, salía un perfume dulzón y una tenue música, parecido a un instrumento de cuerdas.

Los minutos pasaban mientras la gente se acomodaba en torno al templo y la impaciencia se percibía en el aire. La multitud hablaba fuertemente hasta que las palabras se detuvieron cuando un sujeto con una túnica oscura salió del interior del recinto. Miró atentamente al público hasta que se dio media vuelta y con un ademán indicó a alguien que se encontraba adentro, que saliese.

Una mano apareció entre el cortinado y lentamente una figura de mediana estatura apareció, pero su rostro estaba cubierto por una máscara. Por cómo la gente respondió inclinándose, inclusive Ángelo, pude entender que ese sujeto que tan misteriosamente se presentó era muy importante.

Mientras reinaba el silencio, se podía apreciar como el rostro del sujeto giraba al tiempo en que contemplaba al gentío, hasta que se posicionó sobre mis ojos. Duró varios segundos y luego apartó la mirada, se dio media vuelta y se adentró nuevamente al templo, pero previamente se dirigió al sujeto de túnica oscura y éste asintió.

Un minuto después, aquel sujeto dijo en voz alta y Clara dos nombres…
-Eva y Ángelo, por favor preséntense y vengan hacia aquí.
Tanto Ángelo como yo, nos miramos confusos y luego de la segunda llamada, ambos de un salto nos pusimos de pié y con paso robótico nos dirigimos al centro mientras la gente nos miraba con disgusto. Una vez en las escaleras del recinto, el sujeto nos miró y dijo.
-“el señor los está esperando”- mientras se reclinaba.

Corrimos las cortinas y observamos absortos el templo. La luz ingresaba desde el centro del techo donde un círculo decorado por unos rayos de sol iluminaba todos los objetos de oro que se encontraban allí adentro. Dos sirvientes estaban en lo más profundo del recinto y dos guardias a nuestras espaldas. De pronto me distraje al escuchar una suave tonada, la misma que se escuchaba desde el jardín del oráculo. Era una hermosa mujer que estaba sentada en un taburete mientras tocaba una hermosa arpa de oro el doble de grande que ella. Y por último, él, sentado en una especie de diván debajo del enorme círculo del techo bañado por la luz, rodeado de flores y algunas bandejas con frutas “típica de los griegos”, pensé.

Nos arrodillamos esperando la palabra del oráculo:
-Bienvenidos Eva y Ángelo, los estaba esperando- dijo de manera calmada.
Ambos nos miramos ya que no escuchábamos nada por la música, por lo que ambos pusimos cara de confusión y dirigimos la mirada hacia la muchacha del arpa.
-Ejem, Bienvenidos Eva y Ángelo, los estaba esperando- dijo más fuerte.
Misma situación. Le hicimos un gesto tocándonos los oídos y negando con la otra mano.

Al parecer el “enmascarado” se dio cuenta y levantó la mano para detener la canción, pero fue en vano ya que la compositora estaba tan concentrada que tenía los ojos cerrados. Entonces el sujeto nos hizo una seña de que esperemos, se dio media vuelta y tomó una manzana de la frutera y volvió a voltearse a nuestra dirección. Sin mirar hacia donde se encontraba la muchacha, levantó su mano y arrojó con fuerza la manzana que impactó con un ruido sordo en la cabeza de la arpista.
-Idiota, que te pasa!-. Mientras se frotaba la frente, acaso te afectó el sol?.
-Qué?-. Me parece que a vos el perfume te llegó a la cabeza Rena, no ves que acá hay dos personas y tú me estás humillando de esta manera?-. La voz era más aguda de lo que imaginaba, típica de un adolescente y no un adulto. (Cuantos años tendría, pensaba para mis adentros).
- Bueno- dijo mientras se daba vuelta y nos miraba-. Antes que nada quiero pedirles disculpas por la inepta de mi compañera que no sabe comportarse. Mi nombre es Onei…- PAF!
La manzana golpeó la cara del oráculo y la máscara cayó al suelo dejando ver a un chico adolescente de cabello oscuro y ojos claros.
-Eso dolió- mientras dirigía su mirada hacia la Rena que estaba riéndose por lo bajo-. Ejem, mi nombre es Oneiros y no saben lo ansioso que estaba por conocerlos.
- Como? Que nos estaba esperando desde hace tiempo?-. Dijo Ángelo mientras arqueaba una de sus cejas.
-Si, pero antes-. Miró a sus sirvientes y guardias para que saliesen y lo dejaran a solas. Al igual que ustedes, yo también fui bendecido por los disoses.
-Entonces tienes poderes?- Preguntaba Ángelo mientras dejaba su postura inclinada y se acomodaba el hombro y mientas intentaba de descontracturarse.
-Así es, yo también tengo un poder y gracias a eso supe que ustedes vendrían para acá.
-Un momento- dije mientras me paraba rápidamente-. Usted dijo que tenía poderes igual que NOSOTROS?. Esta diciendo que yo también tengo poderes?,
- Que? No lo sabías?- se acercó hasta a mi y me tomó la mano-. Qué sientes en este momento? Que percibes en el ambiente?.

A pesar de no entender mucho de lo que estaba diciendo, cerré los ojos y me concentré. Al principio no sentía nada, pero repentinamente un manojo de sensaciones llegó a mi..
-Siento Curiosidad, Ansiedad, Miedo, Esperanza y Dolor- dije pausadamente mientras trataba de expresar lo que sentía.
-Jaja, así que todo esto está pasando por estos alrededores?- Oneiros me tocó el hombro y se inclinó para verme de frente, era más alto de lo que parecía-. Yo soy culpable de la ansiedad que sentiste.
- Y yo de la Curiosidad- dijo Rena que tenía una voz angelical.
- Pero porqué siento estas cosas?- pregunté.
-Ese es tu poder, puedes sentir las emociones del ambiente dentro de ti- me dedicó una sonrisa y sus ojos se achinaron un poco.
- Lo sabía, sabía que tenía un poder al igual que yo, eso que hiciste el otro día no era normal- Ángelo se tocaba la frente.
- El otro día en el lago, cuando intentaste calmar a esos muchachos- afirmaba Oneiros-. Yo también lo vi y debo decirte que es el mejor ejemplo de tu habilidad. En ese instante seguramente deseaste que se tranquilizaran y así sucedió, no es así?
-Ahora que lo dices, tú me dijiste que te sentiste muy tranquilo, incluso que toda tu ira se había desvanecido en un instante- me dirigí a Ángelo.
-Así es, fue como si una atmósfera de tranquilidad cubría el ambiente- afirmó.
-Entonces no solo puedes sentir las emociones, sino que también puedes controlarlas. Interesante- Dijo Oneiros mientras sonreía.
- Y cuál es su habilidad joven?- le retiré la mano.
- Mi especialidad es la Precognición Onírica.
Cri cri, Cri cri.
.
.
.
-Significa que tiene visiones del futuro a través de los sueños- Dijo desde el otro lado Rena que se mantenía sentada en el taburete.
- Entonces nos has visto llegar en tus sueños?- pregunté.
- Acertaste, por eso sé de ustedes y sus habilidades y es por la misma causa de que necesito pedirles un enorme favor- Dijo con un tono de vergüenza en su rostro.
- Un favor?- Dijimos los tres presentes en el templo.
- Así es, tuve una visión del futuro- su rostro se empalideció repentinamente mientras daba media vuelta y se sentaba en su diván.

Hizo un pequeño gesto y golpeó con su mano derecha haciendo entender que quería que nos sentáramos con él. Una vez que nos sentamos, El joven Oneiros dijo un poco cabizbajo y con voz entrecortada.- La verdad es que este sueño es medio confuso pero básicamente se podía apreciar la ciudad más grande de Grecia, Athenas, siendo desintegrada , la gente gritaba y con mucho dolor comenzaba a sangrar profusamente mientras otras del mismísimo horror y dolor se auto flagelaban. El fuego era intenso y eterno, parecía como si el Hades se hubiese aparecido en la ciudad convirtiendo a la misma en un infierno.
Todo quedó en silencio mientras intentaba imaginarme la visión. No podía creer que eso iba a suceder en Athenas, la ciudad cuna de toda la civilización.
-Uh!- (de toda la civilización) pensé. Si eso iba a suceder, entonces todo el desarrollo en la astrología, medicina, tecnología, filosofía, arte, música, lengua, todo desaparecería y el futuro sería diferente a lo que conozco, vaya uno a saber qué sucedería.- Debemos detener eso, pero como?- dije decidida.
- Debemos?, le crees a esa visión tan inexacta?- dijo Ángelo con la voz un poco quebrada-. Es más, ni siquiera es seguro que suceda.
- Puede ser, pero los vi a ambos junto a mí y a otros sujetos intentando detener tal situación- levantó la cabeza-. Y si vinieron aquí es por algo más que traerme las ofrendas de los pueblos del sur, seguro que es el destino que nos haya juntado aquí.

Pasó aproximadamente una hora cuando el señor de la túnica oscura entró al templo para hablar con Oneiros, sin antes sorprenderse de que estuviéramos sentados a su lado con tanta naturalidad.
-Señor, debo decirle que la gente se está impacientando allí afuera.
- Gracias Phyneas, en un momento termino la reunión- dijo amablemente-. Antes de que vuelvas al exterior, podrías traerme el saco para guardar las ofrendas?
- Enseguida- Dijo mientras salía y volvía con el saco de tela blanca que se lo depositó en las manos sin antes mirar de reojo a nosotros dos. Y luego se marchó.
- Muy bien, ya es hora- se levantó y se miró a su alrededor.

Ángelo y yo nos paramos juntos y esperamos el saludo del joven, pero eso no sucedió. En vez de eso, comenzó a juntar la ropa que estaba guardada en un cofre de metal, también juntó una par de frutas de su bandeja de plata, unas monedas cuidadosamente escondidas en un mueble y también un par de pergaminos y abrigo. Inmediatamente se dirigió a la parte posterior del templo con el saco al hombro y se detuvo en seco y se volteó para dirigirse a nosotros.
-Acaso no vienen?- preguntó.
-Q... qué?- dijo Ángelo.
-Acaso no entendieron lo que les dije? , Vamos a ir hacia athenas a detener el desastre o no?- preguntó mientras corría las telas para observar si había alguien observando.
- Pero, si no nos preguntaste nada aún- dije-
- Jaja, es que como en mi visión ya estábamos viajando los cuatro, interpreté que se unirían.
- No dijimos que no, pero nos tomó por sorpresa esta decisión- le contesté, mientras Ángelo me miraba y mostraba en su mirada decisión de acompañarlo-. Pero porqué dijiste los cuatr…
Algo me empujaba con fuerza en la espalda al igual que a Ángelo, hasta que su voz la delató.
-Sí, los cuatro nos vamos de acá- dijo Rena con dos pequeños morrales cruzados a cada lado de la cintura-. Qué, creían que iba a dejar a mi señor ir solo
- Qué decisión tiene esta chica- dijo Riendo Ángelo mientras Oneiros gesticulaba una hermosa sonrisa.

El silencio se veía opacado por los rezos y cánticos del ruidoso público, mientras Phyneas se adentró al templo para ver qué es lo que estaba pasando que su señor no salía. Y era por la simple razón de que ya no había motivo para quedarse allí, ya que el destino comenzó a mover sus engranajes. Esta máquina ya se puso en marcha.

Un grito se escuchó en el Oráculo que acalló a la gente- LO HAN SECUESTRADO!!!.

martes, 13 de octubre de 2009


Un extraño siseo recorría lo que parecía un gran salón decorado con enormes columnas de color marfil, estatuas de diversos dioses siendo la más imponente la de la señora del Olimpo, la gloriosa Hera, ubicada en la parte más profunda de la habitación. Por debajo de la misma, en sus pies, había un trono de granito y oro de dimensiones descomunales.
El siseo era cada vez más intenso hasta que se vio opacado por el llamado de una voz duce y a la vez peligrosa que la llamaba.
-Ven aquí hija mía, ven con mami.
Lentamente por detrás de unas columnas se asomaba una serpiente de color ocre con manchas negras que surcaban por todo su cuerpo y se movían rítmicamente mientras zigzagueaba por todo el tramo hasta el trono a los pies de Hera, donde se encontraba su madre, una mujer muy hermosa
Suavemente subió primero por el granito del apoyabrazos izquierdo hasta llegar al cuerpo de su madre. A partir de ahí, se enroscó por su cuerpo hasta posarse en su hombro izquierdo desde donde acariciaba la mejilla de la dama con su lengua reptante.
-Eso es, quédate aquí.
Tum! Tum! Tum!. Las puertas vibraron estrepitosamente.
-Huh, vienen a molestar ahora?- dijo mientras se acomodaba correctamente en el trono.
Nuevamente golpearon la enorme puerta de madera al otro lado de la habitación, pero esta vez mucho más intenso y rápido.
-Que molestia!, entre quien quiera que sea!- dijo gritando.
La puerta cuidadosamente se abrió y lentamente la luz ingresó a la habitación arrastrando consigo tres sombras que se iban haciendo cada vez más largas a medida que la claridad cruzaba el lugar.
-Lo siento señora, disculpe que la molestemos en este preciso momento- dijo el mayor de los 3 sujetos postrados en la entrada.
- Que sucede? Porqué vinieron nuevamente a mi, ya les purifiqué sus almas – hablaba suavemente mientras acariciaba a su serpiente.
- Es que ayer a la noche vimos algo que nos llamó la atención y como sabíamos que nadie nos iba a creer acudimos a usted que al ser una hechicera, tal vez usted pueda entendernos- se adelantó un paso.
- Qué clase de cosa vieron?- dijo intrigada a pesar de haber visto a esos sujetos una sola vez en su vida, podía ver reflejado en sus ojos que lo que estaban diciendo era cierto.
- Un hombre
- Un hombre?- dijo con tono interesante.
- Si un Sujeto que se movía muy rápido, casi ni se lo podía ver.
- Cómo?, están seguros de lo que vieron?- se levantó bruscamente.
- Si, y estaba acompañado de una hermosa muchacha.
- Ya veo, así que no soy la única- pensó para sus adentros.

domingo, 4 de octubre de 2009


El sol entraba por la ventana dejando una sensación cálida en el ambiente, reforzando los vivos colores del cuarto en el que me encontraba. Nuevamente abrí los ojos esperando haber despertado del sueño más extraño que haya experimentado en mi vida, esta cruda realidad en la que me veo inmersa.
Estaba acostada sobre un par de costales de cereales que sirvieron como una cama de emergencia la noche anterior. Y a mi lado en el suelo, él, aquel sujeto que no dejaba de sorprenderme. En primer lugar, fue quien se preocupó por mí, en segundo lugar, no dudó ni un segundo en creer todo lo que le conté sobre éste viaje al pasado y por último y más importante de todo, su Súper velocidad.
Miles de preguntas me vinieron a la mente, pero decidí que sería mejor no saturarlo de preguntas tan temprano, ya habría tiempo más tarde.

La mañana transitaba tranquilamente mientras acomodábamos las cosas en el costal y mi mochila para que puedan entrar las nuevas ofrendas que gentilmente los pobladores nos otorgaron.
Llegamos a la salida del pueblo. Allí estaban algunos de los lugareños, esperado para desearnos un buen viaje. Saludé a Cratos que me miró con cara sorpresiva al ver el vestido griego que portaba y no mi futurístico atuendo. Además saludé a las personas que amablemente me ayudaron la noche anterior. Nos brindaron agua y alimentos para el viaje por lo que hacía de suponer que iba a ser bastante largo.
Comenzamos la marcha hacia las montañas situadas a unos 30 kms del pueblo. A los 5 minutos de haber iniciado nuevamente el viaje, me di vuelta para ver por última vez Corintio y a su gente con cara esperanzadora, poniendo toda su fe en 2 sujetos que se conocen poco y nada.
Una hora pasó hasta que Angelo decidió romper el hielo.
-Qué? No pensas decirme nada?- dijo volteando su cara a mí.
-Pero si ya te agradecí la noche anterior- lo miré con suficiencia -. Gracias otra vez si quieres.
-No, ya te escuché anoche, a lo que me estoy refiriendo es sobre lo que viste que puedo hacer. Acaso no te despierta ninguna duda-.
-No- dije.
-Seguro?- dijo con cara de intriga-. Muy bien-.
Comenzó a silbar una canción muy rítmica mientras caminaba mirando al cielo. Ya me estaban carcomiendo la intriga hasta que ya no pude aguantarme más.
-Muy bien, Sí, tengo muchas preguntas, pero no sé por dónde empezar- decía de manera entrecortada por estar agitada tratando de seguirle los pasos-.
-Porqué no empiezas por el principio?- se dirigió a mi con cara burlona.
Jaja- le saqué la lengua-. Bien, antes que nada….. sos humano?-.
Silencio…
-Jajaja, no puedo creer que me hayas hecho esa pregunta!!. Si, soy humano, sólo que tengo esta especie de habilidad desde hace tiempo.
-Desde hace un tiempo?- pensaba en voz alta.
-Asi es, lo tengo desde hace aproximadamente u año y medio cuando Apolo nos dejó de proteger por unos minutos. Si, creo que así fue-. Asentía mientras se tocaba el mentón con los dedos.
-Apolo nos dejó de prteger por unos minutos?- pensaba.
Lentamente comencé a recordar algo que mi madre me había contado. Apolo era un dios del Olimpo, más precisamente dios de la luz y el sol, la verdad y la profecía.
-Entonces, si Apolo representa al sol y éste se tapó por unos minutos ….. entonces a te estará refiriendo?- comentaba en voz baja para mi misma.
Inmediatamente vino a mi mente una imagen del sol siendo tapado por un circulo negro, a tal punto que al cubrirlo por completo, deja un leve halo de luz en su contorno.
-UN ECLIPSE! – grité intensamente haciendo que Ángelo se sobresaltase y me mire con miedo.
-Un qué? – dijo recobrando el aliento.
-Eso que dijiste es conocido en mi época como un Eclipse.
-Eclipse? , huh, mira vos que nombre raro.
-Si, así es. Al parecer un eclipse despertó ese poder escondido dentro tuyo.
-Bueno, si tú lo dices….
-Y hay otros como tú?
-No lo sé, al menos no conozco que alguien sea capaz de igualar mi velocidad – dijo con tono de superioridad.
-Puede ser, pero supongo que no debes de ser el único, eso seguro.
-Si, tal vez – se calló rápidamente.
El tiempo pasó y decidimos parar a comer algo y descasar un poco.
-Porqué no usas tu poder para llegar más rápido al oráculo?
-Podría, pero sería un problema- puso cara de asco.
-Ah claro, debo de serte un estorbo y por eso no puedes llevarme a mi – me ofendí a pesar de sabre que era lógico lo que decía.
-No, te equivocas. Si puedo llevarte ya que puedo transmitirte mi habilidad para correr a grandes velocidades siempre y cuando estemos en contacto- Se mira el hombro.
-Entonces porqué no podrías? – dije mirando su hombro.
-Porque te marearías y podrías descomponerte.
Una vez terminado el descanso, decidimos retomar el viaje ya que faltaba mucho por recorrer ya comenzaba a atardecer.
La noche cayó en un abrir y cerrar de ojos y con ella la oscuridad y el frío.
-Cuanto falta para llegar?- dije mientras estaba ya tambaleando por el cansancio.
-Mmmm
-Que es eso de “Mmmm”- grité.
Es que estaba más lejos de lo que pensaba, deben de ser más de 30 kms. Tal vez sean unos 50 kms.
-QUÉ!, como que faltan 50 kms más.
-Perdón, no sabía que el Oráculo de Delfos estuviera tan lejos.
Comencé a caminar rápido con los brazos cruzados y muy enfurecidos hasta que el aullido de un animal no muy lejos de donde nos encontrábamos me detuvo en seco.
-Qué es ese ruido?- mientras me volteaba lentamente.
-En estas tierras dicen que hay lobos salvajes- dijo acercándose lentamente hasta donde me encontraba.
Silencio
-Vamos!- dije repentinamente.
-Pero si apenas puedes moverte- señalando mis pies.
-No me entendiste, prefiero vomitar antes de ser carne de lobos- dije mientras me subía a su espalda-. -Gracias anticipadas por llevarme.
-Estás segura?- dijo mientras volteba el rostro y colocaba sus brazos bajo mis piernas.
-Yo llevo las ofrendas y tu…… corre como el viento!!!!.
La brisa se volvió un huracán frente a mi, alcé la vista y veía como las montañas se acercaban a una velocidad increíble hacia nosotros con la luna como testigo.

martes, 29 de septiembre de 2009


La oscuridad era absoluta. A pesar de tener los ojos cerrados podía sentir que ya no me encontraba en el estacionamiento de la casa de comidas rápidas. Bajo mi cuerpo sentía una textura suave, fría, que acariciaba sutilmente mi mejilla y mis brazos acompañando la leve brisa que soplaba dentro de esa eterna noche.
No quería abrir los ojos por miedo a encontrarme frente a frente con aquel sujeto amenazador. Pero tenía que tomar una decisión, no podía estar a ciegas sin saber dónde me encontraba, si mi atacante estaba cerca, si me encontraba lastimada, o simplemente si mis compañeros de la BBC me habían encontrado.
Decidí que tenía que abrir los ojos, y lo hice.
Una luz plateada cubría débilmente una vasta llanura adornada de un frondoso pastizal verde que se mecía con el gélido viento. Sólo podía ver a unos escasos 50 metros aproximadamente, ya que el cielo estaba cubierto de nubes muy grises, pronto iba a llover, eso era seguro.
Me incorporé lentamente mientras inspeccionaba el lugar buscando algún rastro de luces provenientes de la ciudad, pero luego de diez minutos en vano, decidí ponerme en marcha. Mientras caminaba traté de telefonear a mi compañero con mi celular, pero no tenía señal y eso me ponía mucho más nerviosa. No sabía si temblaba por el miedo en sí o si era por la fresca brisa que gradualmente iba acrecentando su intensidad.
Parecía que habría pasado una hora aproximadamente y el cielo estaba ya cubierto por completo y en minutos se iba a largar a llover, por lo que comencé a acelerar los pasos dirigiéndome a un grupo aislado de árboles hasta que noté que el suelo había cambiado de textura, ya no era suave y esponjoso, era más seco, áspero como.. – Tierra!! Esto es tierra- dije sorpresivamente - no, no es sólo tierra esto es un camino.

El Cielo Relampagueó estrepitosamente y una cortina de agua cayó sobre mi cuerpo helándolo en tan solo segundos. Corrí lo más que pude hasta llegar a la base de ese enorme árbol donde me refugié en una pequeña depresión en el cuerpo del mismo y abracé mis rodillas y las coloqué contra mi pecho para darme calor. Lentamente me quedé dormida.
En mis sueños recordaba con claridad lo sucedido en ese estacionamiento. La chica inconsciente en el suelo, el sujeto tratando de hacerme callar, yo tumbada en el suelo temblando de miedo, las imágenes borrosas que me rodearon y después…… nada.

-Hey, hola!! Jovencita te encuentras bien? Despierta por favor, este no es sitio para estar descansando.
En mi fuero interno pensaba – es la voz de un muchacho o será tan sólo una ilusión?. Talvez me haya quedado dormida en la mesa esperando que mi compañero traiga los Mc.Cafés y esto fue solo un sueño-.
-Mc.cafés? que es eso?- dijo la voz de aquel muchacho- jaja que es eso mujer, por favor despierta de una vez y deja de hablar locuras.
- Que deje de hablar locuras?- pensé irritada, quien se dirige asi a un desconocido que está descansando sobre la mesa del local de comidas rápidas?- . Decidida a contestarle de mala manera, levanté la cabeza y abrí lentamente los ojos para encontrarme a un hombre de unos 25 años aproximadamente mirándome con cara burlona a unos pocos centímetros de mi rostro. Mi reacción no fue la indicada ya que le pegué un puñetazo del susto y éste retrocedió unos 3 pasos mientras se reía mezcla de alegría y sorpresa.
-Auch, eso sí que dolió, perdón por haberte asustado pero no reaccionabas- dijo el muchacho tocándose la mejilla derecha con gesto de dolor-. Siento haberte molestado, pasaba por acá y te vi casualmente, me acerqué, traté de despertarte y empezaste a decir locuras. Si vas a quedarte dormida deberías hacerlo no tan cerca del camino, hay algunos ladrones merodeando por estas tierras.
Tardé en contestarle ya que me quedé contemplando mi alrededor, un terreno inmenso con un pasto verde muy vivo, un camino de tierra húmeda a mi derecha y por encima de mí, un gigantesco árbol por donde a través de los espacios dejados entre el entretejido de hojas verdes aparecían intensos rayos de luz dorada provenientes del sol que se encontraba al parecer en mitad del cielo, por lo tanto supuse que serían aproximadamente las 12 del mediodía.- un segundo- dije sobresaltada mientras me incorporaba rápidamente- un camino? Esto no es un sueño? Todo esto es real?
No sé qué habrás soñado pero esto sí es real- se dirigió confuso aquel muchacho en tono confuso. Me acerque lentamente y le pedí disculpas por lo bajo mientras me sacaba la tierra de la ropa. Levanté nuevamente la mirada y vi que el muchacho seguía de pié sin mover un músculo. Intuitivamente supe que era lo que estaba preguntándose, por lo tanto me adelanté y le dije – Ayer a la noche me agarró la lluvia y decidí refugiarme debajo de este árbol y me quedé dormida.
-Y qué hacías en medio de la noche por estas tierras tan lejos de cualquier pueblo?- me miró confuso y con un poco de susto agregado. – Qué? Que estoy lejos de cualquier pueblo? Como es posible?- tenía muchas preguntas en mi mente, pero no podía relacionarlas, ni articularlas.
Al ver mi rostro de indignación y esfuerzo, el joven se me acercó para decirme – Sabes, yo voy para el próximo pueblo, si quieres te puedo llevar hasta allí y ahí podrás evacuar algunas dudas.
-Gracias, te lo agradecería mucho- mientras, él se dirigía por fuera del árbol para ubicarse en el camino. Yo le seguí a paso más lento y me ubiqué a su izquierda para emprender la marcha.
Pasaron aproximadamente treinta minutos cuando pude despejar un poco mi mente y me di cuenta de que no sabía su nombre, entonces giré la cabeza hacia su dirección y sutilmente me dirigí a él – Perdón, pero no sé ni siquiera tu nombre, el mío es Eva Forthnier, tengo 24 años y soy reportera.
-Uh, un gusto Eva, mi nombre es Ángelo y ayudo a mi padre en el campo junto a mis hermanos, tengo 25 años y quiero ser atleta.
Un gusto Ángelo y gracias por ayudarme, pero, que haces yendo para esa dirección?, tu campo está para allá?- dije de manera amistosa para demostrar mi confianza hacia él y de esta manera romper el hielo.
-No, el campo queda para la dirección opuesta, voy para el pueblo para recoger unas ofrendas para el festejo de la Primavera.
-Festejo de la primavera? Que festejo? – dije un poco asustada.
- En qué mundo vives? El festejo de la primavera que se celebra en el Oráculo en conmemoración a las bendiciones que Dionisio y Apolo nos brindan cada año.
- Dionisio, Apolo?, esto es un chiste, si no se hacen más ofrendas en ésta época, estamos en el 2007, acaso es alguna tradición del campo?.
- 2007? Jaja tampoco me tengas tanta confianza para hacerme chistes, si sabes bien que estamos en el año 700.
-700? 700 A.C? no, no puede ser!- mi respiración se aceleró al punto de estar hiperventilando.
- Que sucede? Porqué estas tan nerviosa? Te habrás golpeado la cabeza – dijo preocupado mientras se colocaba frente a mí y me tomó las manos.
- estoy en Grecia?- al instante vi como Ángelo asentía – en el año 700?- y nuevamente repitió el gesto. Mis piernas se debilitaron y me caí sobre mis rodillas contra el suelo. Rápidamente Ángelo se arrodilló frente a mi mientras seguía tomándome las manos con cara confusa. – Entonces, Viaje al pasado?


Luego de que me pude reponer seguimos el viaje mientras le conté todo lo que me había sucedido, mi historia, mi profesión, el acontecimiento del estacionamiento y mi encuentro con él. Al principio parecía que no me creía nada de nada, pero lentamente pareció comprenderme.
Ya comenzaba a atardecer cuando divisé un pequeño pueblo situado en lo que parecía un pequeño valle. Nuevamente con la puesta del sol frente a nosotros, el frío comenzó a sentirse otra vez, más aun comparándolo con la tibiez del sol del mediodía.
Llegamos por fin al pueblo, mis pies estaban destrozados de tanto caminar, pero parecía que a Ángelo estaba 10 puntos.- Como es que no estás cansado de tanto caminar?- dije de manera entrecortada mientras trataba de recobrar el aliento – tal vez sea yo la que no está en forma.
Ja- dijo mirando al suelo- es que estoy acostumbrado a caminar grandes distancias, esto es rutina para mi. Ok, vamos a buscar las cosas que debo recoger y luego vamos a descansar por algún lugar, vale?
Acompañé a Ángelo hasta lo que parecía un especie de templo donde algunas personas conversaban con sus típicos atuendos griegos. Ya adentro del Templo, las antorchas producían una especie de atmósfera mística, donde los contornos de las estatuas erguidas de los dioses griegos Dionisio a la derecha y El de Apolo a la Izquierda, ambos de un color mármol con expresión ausente, daban la bienvenida a las escasas ofrendas que se encontraban acumuladas en el centro de ambas deidades. Mi cara debió de ser muy chistosa ya que debería de haber tenido la boca abierta y los ojos como platos al ver frente a mi estatuas ya inexistentes en mi época, gente que sólo se veía en jarrones, monedas y pinturas de esta época. Verlos conversar en griego sobre estos dioses, hablando sobre sus familias, negocios y el verlos tan despreocupados, me despertaban cierta envidia, ya que en mi época hubiera deseado tener tiempo para disfrutar de la vida como ellos lo reflejaban frente a mis ojos.
Una voz me sacó del trance producido por el esplendor del templo, y no era nada más ni nada menos que el sacerdote del lugar que estaba hablando con Ángelo.
- Vendito sean los dioses que te traen hasta aquí Ángelo- dijo el hombre de unos 40 años, de piel blanca y pelos canosos. - Cuánto me alegro de verte y tan pronto, pensé que llegarías dentro de dos días más-.
- jaja, es que aceleré el paso y sin dame cuenta llegué más rápido de lo esperado. Incluso hubiera llegado al medio día pero me topé con esta preciosidad- me señaló con el dedo mientras yo me mostraba un poco tímida frente a un sujeto tan importante para el Pueblo.
-Hola me llamo Eva, un gusto conocerle- me incliné rígidamente denotando mis nervios.
- Bienvenida a Corintio Eva, mi nombre es Cratos, un gusto en conocerte…..-. Hubo una pausa eterna mientras Cratos inspeccionaba detenidamente mi atuendo, que a decir verdad era bastante llamativo ya que en vez de túnica como vestido tenía unos pantalones Caqui y una camisa oscura, un cinturón con el celular colgando en lugar de una faja y zapatillas en lugar de sandalias.
Al notar esta situación Ángelo intervino y le contó que me había encontrado debajo de un árbol y que mi atuendo fue confeccionado por mí misma ya que era algo inusual en esta época. Y fue gracias a ese invento que el sacerdote me dejó de mirar y se concentró en la entrega de las reliquias a mi nuevo amigo, donde se podían ver algunos alimentos, joyas como aros y pulseras y 2 botellas de vino junto con pequeñas esculturas de madera que fueron incorporados dentro de un pequeño saco que Ángelo llevaba en su mano derecha. Luego de unos minutos más, mientras los dos hablaban sobre sus asuntos, yo miraba y recorría el templo.
A los pocos minutos vuelve Ángelo con su saco lleno de las ofrendas que debía llevar a ese oráculo, pero me llamó aún más la atención un bulto que llevaba en su mano izquierda. – Que es eso que te dio Cratos?- dije señalando su mano izquierda-.
- Es Ropa para ti, ya que llamas mucho la atención con ese atuendo tan extraño, vengas del futuro o no, deberías dejar de atraer todas las miradas.
- Gracias por todo, no sé como recompensarte tan enorme gesto que tuviste todo este tiempo conmigo- noté un sonrisa muy cálida mientras le agradecía-. Dónde puedo bañarme para sacarme un poco la tierra que tengo encima?.
- Mmmm, creo que sería conveniente que te bañaras en el lago que está en el pueblo, a estas horas ya nadie circula por ahí, así que podes lavarte tranquila- mientras terminaba la frase una brisa helada circuló por la calle, causándole escalofríos. – sabes? Mejor te prendo una fogata para que no te enfermes con el agua fría- y me guiño el ojo.

Una vez que terminó de prender la fogata, Ángelo se fue del lugar para dejarme sola y tranquila mientras me sumergía en el agua helada. Al principio me resultaba imposible poder relajarme, pero una vez que el cuerpo se me aclimató no tuve problemas en disfrutar de mi momento. Todo transcurría plácidamente, con la luna como testigo y el leve chisqueo de la madera que se quemaba en la hoguera situada a escasos 20 metros de la orillas del lago. Quince minutos más tarde estaba totalmente relajada y hasta empecé a tomarle el gustito de haber viajado al pasado por obra de ese sujeto golpeador de mujeres…
Crack!..... se escucho cerca de la orilla. Al inicio pensé que era la madera por lo tanto no me voltee para mirar, pero me heló la sangre un coro de risitas por lo bajo. Me di vuelta y ahí estaban, tres muchachos de unos 18 a 20 años contemplando mi espalda desnuda.
-Tranquila preciosura, no te vamos a hacer nada, solo queremos bañarnos en el lago al igual que tu- dijo el que parecía el jefe del grupo. -Solo queremos jugar un rato y después nos vamos, solo eso. Al terminar esa frase, los tres corrieron hacia donde me encontraba con ganas de abusar de mi, podía sentirlos exaltados, ansiosos, con malas intenciones. Por eso hice algo que jamás creí que haría, Gritar. Grité con tantas fuerzas que se rompió la calma del lugar.
-Auxilio!! Ayúdenme!!.
Las risas de los muchachos se escuchaba a escasos metros, mientras intentaba cubrir mi cuerpo con una porción de tela que tenía a mano para lavarme la cara. Pero claro que un trozo de tela iba a detener a 3 bestias que comenzaron a tocarme el pelo, los hombros, intentando hacer dar la vuelta. Yo me resistía con todas las fuerzas, pero mucho no podía resistir. Cuando ya no podía mantenerme más alejada de sus manos, un extraño sonido cruzó el campo y como una ráfaga de aire me sacudió con tal intensidad que el paisaje y los agresores pasaron a otro plano, siendo pequeños colores que se diluyeron a la velocidad del sonido.
En un segundo me encontraba a 100 metros de donde estaba, contemplando las espaldas de los 3 hombres que confusos sostenían el trozo de tela que llevaba segundo antes en mi mano.
-Estas bien?- dijo una voz familiar a mi lado. Era nada más ni nada menos Ángelo que estaba furioso.
- Co… Cómo hiciste para llegar tan rápido? Y cómo es que yo llegué acá en un segundo- mis preguntas alertaron a los cerdos que se encontraban en el lago que se dieron vuelta y con cara de confusión se acercaron rápidamente hacia nosotros. – Puedo sentirlos, están furiosos, más que eso, están desesperados.
- En serio? Jaja, no te preocupes esto me va a tomar 2 segundos como mucho- dijo mientras palmeaba mi hombro. – mejor vístete antes de que te enfermes.
Antes de poder decir algo, vi como se desplazó lo que parecía un trazado de colores representados por la ropa de mi héroe, a una velocidad descomunal. Surcó por delante de los tres sujetos y nuevamente volvió a mi lado.
- Tan sólo 2 segundos como te dije- reía mientras observaba a sus rivales tumbados agarrándose el vientre.
Antes de que pudiera preguntar que había hecho él se me anticipó. – Puedo correr a gran velocidad como puedes ver, y simplemente les golpee en el estómago a cada uno para inmovilizarlos.
-Qué? Es un chiste?- miraba a los sujetos mientras me tapaba con la túnica.
- No claro que no, es una habilidad que descubrí hace un año y medio aproximadamente. De un día para otro mientras entrenaba empecé a correr cada vez más rápido hasta lo que acabas de ver-. Luego te lo explico, primero quiero verlos cara a cara a cada uno de estos.
Lentamente nos acercamos mientras éstos se incorporaban del suelo. Al ver a Ángelo, todos retrocedieron hasta adentrarse en el agua con caras de pánico. – Por favor no nos haga nada, lo sentimos mucho.
Mientras Ángelo se acercaba a ellos, pude sentir el temor que tenían y decidí intervenir. – Alto Ang!! No les hagas nada más están muy asustados.
- Y deberían estarlo por querer hacer algo horrendo, en nombre de Zeus que mentes tan podridas – gritó Ángelo.
- Déjame hablar con ellos y no intentes detenerme están muy atemorizados como para hacerme algo ahora-.
- No creo que sea buena idea-.
- Déjamelo a mi, sé hablar con las personas.
A pesar de que intentaba hablar con ellos, no recibía respuesta alguna de su parte, por lo que decidí simplemente desear que se tranquilizaran. Lentamente y uno a uno comenzaron a relajar sus músculos y borrar sus rostros tensos hasta alcanzar una actitud mucho más relajada. Luego de eso se incorporaron y antes de que pudieran hacer algo, Ángelo dio un paso y gruñó como un monstruo de caricaturas, pero fue suficiente para hacer que huyeran despavoridos hacia el pueblo.
-Pero qué hiciste? No viste que se habían relajado?
- Pero qué hiciste tú, que me borraste todo el enojo de mi cuerpo y me dejaste muy tranquilo.
-Yo? Pero si el bicho raro eres tú- dije de tono burlón. Porqué no nos vamos a dormir que fue un día muy largo.
-Está bien, está bien, pero me parece que no soy el único especial de por aquí.
Lentamente nos fuimos hacia el pueblo mientras ardían los últimos maderos de la fogata.
-….
-Me llamaste Ang?-

Ja ja ja ja

sábado, 26 de septiembre de 2009



Mi nombre es Eva Forthnier, soy reportera de un prestigioso canal de televisión, o lo era en su momento. Mis padres son Helena y Eric y viven en Londres. Mi padre es Inglés mientras que mi madre es Griega, por lo tanto mi aspecto es una mezcla de ambos.

Mi carácter es bastante estable, aunque algunos dicen que puedo ser un poco exasperante algunas veces. Pero eso es algo que me gusta y el periodismo me ayudó a darme cuenta de eso. Creo que tengo mucha capacidad para entender a los demás y ayudarlos a relajarse cuando se los veía nerviosos.

Vine a Grecia a hacer una nota de color cuando mi vida dio un vuelco que jamás podría imaginarse.

-Hola señor, es usted el guía turístico de estas ruinas?- dije con entusiasmo al sujeto de espaldas a mí.

- Así es señorita, soy el guía de esta excursión y usted es…?- dijo al ver la camarógrafo y el micrófono en mis manos – Eva Forthnier, verdad?

-Así es, es un gusto conocerlo – me dirigí a él con una sonrisa de oreja a oreja mientras el miraba con un poco de miedo la lente de la cámara, entonces al notar su cara rápidamente agregué- si quiere practicamos la nota para no cometer errores y sacarnos un poco los nervios, ok?.

Sí, me parece lo mejor, me da un poco de miedo las cámaras- dijo mientras se reía nerviosamente.

La nota se llevó a cabo sin ningún problema, es más, lo hicimos tan rápido que nos quedó tiempo suficiente para pasar por un café mientras descendíamos del monte en el que se encontraban las ruinas.

Una vez que llegamos, Mark, el camarógrafo, decidió ir a pedir los Mc.Cafes mientras yo me lavaba la cara ya que la sentía sucia por el polvo que volaba en aquel lugar. Una vez que salí del baño me dirigí afuera para sentarme al aire libre y sentir la fresca brisa que soplaba mientras atardecía, cuando escuché un ruido seco y un grito ahogado en lo que parecía detrás de un auto.
Me acerqué sigilosamente al C3 estacionado a tres coches de la camioneta del canal. Allí estaban un hombre y una mujer, él agachado muy nervioso mientras ella se encontraba inconsciente con la mejilla derecha colorada por lo que habría sido un golpe muy fuerte. Yo intenté retroceder para no ser vista por el sujeto, pero mi torpe pie pisó una lata que se encontraba en el suelo aplastándola y produciendo un ruido perceptible con facilidad. El sujeto se percató de mi existencia y rápidamente me siguió. Yo intenté caminar lo más rápido posible hacia el local pero nuevamente mi pié me jugó una nueva mala pasada y me caí al suelo.

Al darme vuelta, veo horrorizada la cara de aquel golpeador de mujeres. Sus ojos me analizaron de pies a cabeza y luego dijo “No viste nada no?”, aquellos ojos amenazantes me cortaron la respiración, pero en un rápido reflejo articulé un “si” por lo bajo.

La sonrisa del sujeto se hizo evidente pero cuando se incorporaba para dejarme ir, sus ojos se posaron sobre mi pecho izquierdo donde estaba mi insignia de notera, algo que creí que nunca alarmaría a alguien, bueno, esto fue una excepción. El sujeto se arrodilló otra vez a mi derecha y me susurró – así que sos la famosa reportera de la BBC? que mala suerte que tienes- dijo mientras agarraba mi rostro entre el pulgar y el índice.

-No por favor, juro que no voy a decir nada – mientras los ojos se me llenaban de lágrimas – juro que nunca hablaré de esto con nadie ni siquiera con mis compañeros que están en el local.

-No, esto no lo puedo dejar pasar, debería matarte para cerrarte la boca para siempre, pero no quiero crear más alboroto, me parece que debería hacerte desaparecer – dijo mientras una risa sardónica se dibujaba en su cara.

-No por favor se lo ruego déjeme ir, no quiero que me lleve a ningún otro lugar.

-Otro lugar?- dijo de manera burlona- no querida no te voy a llevar a otro lugar, para ser más precisos vas a ir a otra época…. Y recuerda……..

Repentinamente el ambiente empezó a tornarse borroso, los contornos de los objetos se desdibujaban, mis gritos se apagaron y mi agresor fue desvaneciéndose en una extraña oscuridad mientras sólo se escuchaba una suave y diabólica voz…

-TEMPUS FUGIT…. (el tiempo vuela)

viernes, 25 de septiembre de 2009


En una excavación en las afueras de Grecia, se desató una revolución frente a una extraña estatua de la diosa Hera. La gente vitoreaba y apaludía frente al reciente descubrimiento de unos documentos tan antiguos como la misma diosa… justo por debajo de la misma, unos rollos bien conservados revelaban una historia inusual.
Esto le llamó la atención a 2 japoneses que casualmente estaba en esa locación. Arrastrados por la curiosidad, se acercaron a la muchedumbre para ver que era la causa de semejante alboroto.

-Hiro, crees que deberíamos acercarnos allí?- dijo Ando susurrando por lo bajo-. Mientras tanto la gente se acercaba cada vez más a un sujeto de unos treinta y cinco años, vestido por lo que parecía de arqueólogo, con los ojos maravillados frente a tal descubrimiento.

-Claro que deberíamos, no recuerdas lo que estaba dibujado al final del comic?- se dirigió Hiro a su amigo. Mentras se acercaban lentamente pero con el rostro serio, sin demostrar emoción alguna para confundirse entre los demás investigadores y especialistas.

En ese momento reinó un silencio escalofriante. Hiro y Ando se pararon en seco pensando que se habían percatado de su presencia, pero no había sido eso justamente. Una voz lentamente rompió la lúgubre atmósfera de las ruinas –yo Alec Hale voy a proceder a desenrollar este pergamino- dijo el hombre con aspecto de arqueólgo. – Esperé mucho tiempo en descubrir algo de semejante importancia para la historia- prosiguió el hombre.

La gente comenzó a apaludir con mucha energía luego de ese breve discurso y observaban como lentamente Alec sujetaba y tiraba del cordón de cuero que amarraba el primer pergamino de la pila que se encontaba sobre la tierra. Mientras hacía eso, todo el grupo que lo rodeaba comenzó a acomodarse en el suelo para leer el contenido. Hiro y Ando imitaron a los demás.

Hiro, deberíamos irnos de aquí, tenemos cosas más importantes que hacer – Ando le decía a su compañero mientras dibujaba garabatos en el suelo con el dedo- nuestra misión es salvar al mundo.

-Crees que no lo sé Ando, pero este es nuestro destino también, sino no estría dibujado en el comic de Isaac, spor eso debemos estar ac….- Hiro se calló mientras Alec comenzó a leer las primeras líneas…

Yo no creía que alguien pudiera vivir eternamente, solo un diós era capaz de eso, pero me equivoqué…..

Esta es mi historia.