martes, 13 de octubre de 2009


Un extraño siseo recorría lo que parecía un gran salón decorado con enormes columnas de color marfil, estatuas de diversos dioses siendo la más imponente la de la señora del Olimpo, la gloriosa Hera, ubicada en la parte más profunda de la habitación. Por debajo de la misma, en sus pies, había un trono de granito y oro de dimensiones descomunales.
El siseo era cada vez más intenso hasta que se vio opacado por el llamado de una voz duce y a la vez peligrosa que la llamaba.
-Ven aquí hija mía, ven con mami.
Lentamente por detrás de unas columnas se asomaba una serpiente de color ocre con manchas negras que surcaban por todo su cuerpo y se movían rítmicamente mientras zigzagueaba por todo el tramo hasta el trono a los pies de Hera, donde se encontraba su madre, una mujer muy hermosa
Suavemente subió primero por el granito del apoyabrazos izquierdo hasta llegar al cuerpo de su madre. A partir de ahí, se enroscó por su cuerpo hasta posarse en su hombro izquierdo desde donde acariciaba la mejilla de la dama con su lengua reptante.
-Eso es, quédate aquí.
Tum! Tum! Tum!. Las puertas vibraron estrepitosamente.
-Huh, vienen a molestar ahora?- dijo mientras se acomodaba correctamente en el trono.
Nuevamente golpearon la enorme puerta de madera al otro lado de la habitación, pero esta vez mucho más intenso y rápido.
-Que molestia!, entre quien quiera que sea!- dijo gritando.
La puerta cuidadosamente se abrió y lentamente la luz ingresó a la habitación arrastrando consigo tres sombras que se iban haciendo cada vez más largas a medida que la claridad cruzaba el lugar.
-Lo siento señora, disculpe que la molestemos en este preciso momento- dijo el mayor de los 3 sujetos postrados en la entrada.
- Que sucede? Porqué vinieron nuevamente a mi, ya les purifiqué sus almas – hablaba suavemente mientras acariciaba a su serpiente.
- Es que ayer a la noche vimos algo que nos llamó la atención y como sabíamos que nadie nos iba a creer acudimos a usted que al ser una hechicera, tal vez usted pueda entendernos- se adelantó un paso.
- Qué clase de cosa vieron?- dijo intrigada a pesar de haber visto a esos sujetos una sola vez en su vida, podía ver reflejado en sus ojos que lo que estaban diciendo era cierto.
- Un hombre
- Un hombre?- dijo con tono interesante.
- Si un Sujeto que se movía muy rápido, casi ni se lo podía ver.
- Cómo?, están seguros de lo que vieron?- se levantó bruscamente.
- Si, y estaba acompañado de una hermosa muchacha.
- Ya veo, así que no soy la única- pensó para sus adentros.

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